El repostero califica su primera experiencia en TV como «muy positiva» debido a que está conociendo «a gente maravillosa». Especialmente destaca a Raquel Sánchez Silva, la presentadora del programa, a la vez que reconoce que él todavía se mueve «mejor en la cocina que delante de las cámaras». A pesar ello, está convencido del éxito del proyecto: «Creo que vamos a romper un tabú, de una manera didáctica, sobre lo complicado que es elaborar postres».
El objetivo final es encontrar al mejor repostero amateur de España. Un concurso en el que 18 personas, seleccionadas tras un casting entre más de 3.000 aspirantes, se reúnen en tres equipos de seis personas cada uno para competir entre ellos semana a semana. Cada programa acaba con una master class del chef y una prueba de final, en la que se decidirá quién será el eliminado. «Desde un principio la idea me entusiasmó porque por primera vez se podía hablar de repostería en televisión para divulgar y enseñar. El arte de la repostería tiene mucho de alquimia, en la que todos los ingredientes deben ser exactos, porque, como ocurre en una obra de Mozart, si algún violín o flauta falla, todo se desmorona», explica.
Torreblanca, además, defiende a capa y espada su producto: «Lo que engorda es la incultura gastronómica, no el dulce», exclama, a la vez que insiste en la necesidad de enseñar a los niños a comer sano y equilibrado.
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