ALICANTE / TELEVISIÓN
Susi Díaz: «El plato es un trozo del alma del cocinero»
La cocinera ilicitana, jurado en el programa «Top Chef», destaca la influencia de sus abuelas en su propuesta gastronómica
Autodidacta, empática,
apasionada de su trabajo y, ahora, también mediática gracias al programa de
televisión «Top Chef». La cocinera ilicitana Susi Díaz comparte con ABC su
experiencia personal en el mundo de la cocina, en la que tuvieron una gran
influencia sus abuelas. Desde hace 30 años es propietaria junto a su marido del
restaurante La Finca. Gracias a la creatividad e innovación de su carta, este
restaurante atesora varios premios importantes, como la prestigiosa estrella
Michelin que reedita año tras año desde 2006. A pesar de los elogios, Susi Díaz
prefiere seguir estando cerca de los fogones y apostar por la tenacidad y el
trabajo para seguir al frente de la gastronomía española.
-¿Qué le aporta la gastronomía?
-La gastronomía engancha. Cada día
tengo más ganas de cocinar, investigar y crear. Me gusta el estilo de vida de
trabajo, el sufrimiento, la presión. Pero todo esto hay que compensarlo en una
balanza con cosas tan esenciales como el buen humor y el entusiasmo por el
trabajo. La gastronomía es una vocación, un estilo de vida en el que vives todo
tipo de emociones.
-¿Un plato
puede llegar a emocionar?
-Un plato puede llegar a emocionar
los sentidos, mucho. Para conseguir el plato perfecto hay que tener en cuenta
muchos factores. Por un lado, el cliente tiene que estar perceptivo y de buen
estado de ánimo. Por otro, tu equipo tiene que estar perfectamente compaginado,
y por supuesto el producto debe de ser excelente. Sin la materia prima,
evidentemente, poco se puede hacer. El plato es un trozo de alma del cocinero,
en el fondo de todos mis platos está presente mi abuela. Cuando terminas de
hacer un plato sufres una sensación de vacío; el disfrute de la gastronomía es
muy efímero. Menos mal que tenemos los libros para captar esa esencia.
-¿Por qué cree
que hay tanta obesidad en este país?
-La respuesta es fácil: no comemos dieta mediterránea. Los niños
están faltos de verduras, carne y pescado. Hoy en día se ha perdido esa base de
cocina mediterránea. Los productos que vienen de fuera han desvirtuado nuestra
forma de comer. España tiene un patrimonio gastronómico enorme, y poco a poco
vamos recuperando el terreno perdido. Es una pena que el ritmo de la sociedad
provoque que una generación se haya olvidado de la cocina. Gracias al boom de «Top Chef» la gente se está
esforzando para ser más exigente con lo que se come. Tenemos la mejor
gastronomía de Europa, los mejores cocineros, el mejor restaurante del mundo.
Para los españoles la cocina es muy importante para el desarrollo del país.
-¿Qué tal
es la experiencia en «Top Chef»?
-Estoy muy contenta con todo y con
la gran profesionalidad que muestran cada semana los consursantes. «Top Chef»
me transmite pasión, cocina, esfuerzo y ante todo compañerismo a pesar de
algunas disputas, normales en este tipo de concursos en el que se someten a una
gran presión. Alberto Chicote y Ángel Léon (los otros miembros del jurado) son
amigos y unas personas fantásticas, y yo me he sentido mimada, apoyada y
encantada durante todo el programa. La experiencia de estar con gente muy
importante en la cocina te hace venir con las pilas puestas.
-Este viernes ofrece en Elche una conferencia titulada «Como se
consigue una estrella Michelín». Cuéntenos el secreto, ¿cómo se logra?
-He de reconocer que el título de
la charla es un poco provocador, ya que si lo supiera sacaría un libro para
contar las claves y seguro que vendería muchos. Yo no tengo un varita mágica ni
nada por el estilo. Voy a intentar trasmitir mi filosofía de trabajo, siendo
una persona autodidacta, y enseñar lo que he hecho yo para llegar a donde he
llegado. Quiero transmitir mi pasión por lo que hago para que la gente lo
aplique a su vida. Lo complicado es mantener la estrella Michelín. La ilusión
es esencial para cocinar y lo importante es saber transmitirlo a tu equipo. No
hay que relajarse, hay que estar vivo a cada momento.
-¿Por qué
le cuesta tanto a la mujer darse a conocer mundialmente en la gastronomía?
-Poco a poco estamos logrando
situarnos. Hay casos de grandes cocineras, como Carmen Ruscadella, Elena Arzak
o Fina Puigdevall, que tienen muy buena fama pero les gusta menos el tema
mediático. Las escuelas de cocina están llenas de mujeres, recibo más currículums
de mujeres que de hombres. El papel de la mujer en la cocina está en
auge.
-¿A qué
personaje le gustaría hacerle un plato?
-Me gustaría preparar un plato a
Gerard Depardieu. Es uno de los artistas más gastrónomos de los que existen y
no me importaría cocinar aunque fuera tres horas. Me gustaría ponerme a prueba.
-¿Qué
ventaja tiene ser autodidacta?
-La mayor ventaja es que todos los
platos son tuyos, te salen de dentro. No hay una influencia exterior ni nada.
My hobby y mi vida es la cocina. He elegido este tipo de vida a pesar de
perderme muchas cosas de la realidad.
-Entonces,
¿qué opina de las escuelas de gastronomía?
-Estoy totalmente a favor. De
hecho las apoyo y colaboro dando conferencias y cursos, aunque para mi gusto
les falta ser más realistas, porque la vida es mucho más dura. Hay que pelar
muchas patatas y cebollas para llegar a ser Ferrán Adriá. Las personas se
forman en el día a día.
-¿Qué come
en la intimidad?
-Botella de vino, hueva de mújol,
jamón ibérico, almendras o algún ibérico. En realidad no soy muy comiente.
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