6 mar 2007

Te quiero Toro

Casi nadie discute de la indudable importancia que tiene el Toro de Osborne como símbolo paisajístico, actualmente hay unos noventa repartidos por toda nuestra geografía, y cultural típico de nuestro país. Se crea o no en el concepto de nación española, esta valla representa un distintivo cultural representativo a nivel internacional. Aunque algunos hayan desvirtuado y manipulado su utilidad como emblema, el toro debe ser respetado a pesar de todo. Debido a que constituye un signo esencial del referente histórico del devenir de nuestra historia colectiva. Pese a quien le pese, nuestro toro ha ejercido su papel como ese testigo impertubable del tiempo: nació con la dictadura siendo un reclamo publicitario, creció con la democracia y ahora pasa por una madurez inmejorable por muchas pintadas que le hagan algunos desaprensivos.

La foto de arriba representa a uno de tantos toros osbornes destrozados y pinterejeados con graffitis sin sentido y molestos para la vista. Éste se encuentra concretamente en la carretera de Santa Pola. Pero no importa el lugar importa los actos ¿Quién pinta esto?.¿Con qué sentido?. No hallaremos respuestas a estas preguntas, pero esto no significa que la sociedad no deba reaccionar ante tales actos vandálicos de esta índole. No tienen otro nombre debido a que están agrediendo directamente a un patrimonio cultural y artístico de nuestro país. Y con más inri justo en el año que cumple su 50 aniversario. Lamentablemente muchas son las pintadas sin sentido que encontramos en monumentos, calles y comercios. Es una plaga las firmas y garabatos que estropean nuestras ciudades.


Con todo mi cabreo por culpa del poco respeto hacia el mobiliario público, parezco mi abuelo hablando, me sorprendió ver que unos conocidos premios de publicidad de la provincia utilizaban al famoso toro como reclamo publicitario. A simple vista, me pareció a la vez gracioso, me llamó la atención, y una ofensa porque creía que la pintada la hicieron de manera intencionda los cabezas pensantes de una agencia. Pero al descubrir la historia que se esconde detrás de esta pintada cambié de opinión bastante. A pesar de pintar sobre un patrimonio protegido se le puede perdonar por lo sincero y emotivo del mensaje.

Reportaje del 50 Aniversario del Toro. El País.

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