21 feb 2007

No sin mi móvil


Somos hijos de la informática y de las tecnologías y eso crea moda. Somos adictos al móvil y a Internet. Poco a poco y de manera silencionsa estos aparatos se han ido apoderado de nuestras vidas y de nuestras costumbres. Y sino hacer una prueba: meteos en un bus y si suena un móvil, sea cual sea el tono, veréis a la gente, con sus caras de agobio rebuscando en sus bolsillos con tal de ver si le están llamando. La adicción es palpable y las molestias, móviles sonando en medio de clases o en entierros, son irreparables. Hemos ganado la batalla al silencio. Aunque nuestra privacidad esté cada vez más en alerta, por culpa de unos aparatos que a la vez nos atan, nos desapegan del contacto físico tan necesario en la vida; seguimos viciados a la tecnología porque nos hace ser alguien en la sociedad.
La imagen golea a la palabra. No hay duda. Y los malos usos de los medios afecta al contacto físico del día a día. ¿Quién no cena con una televisión encendida a toda mecha sin hablar apenas con sus padres?. Que levante el ratón el que esté libre de culpa. Somos tan masocas que si nos dijeran que el abuso de móvil o de televisión nos dejará consecuencias irreparables preferiríamos cambiar de tema antes de velar por nuestra salud . Siempre hacemos caso omiso respecto a lo que no nos gusta. Si ya lo hacemos con el ron o con el tabaco;¿por qué no ibamos a hacerlo con una cosa más?. De perdidos al río.

Estamos rodeados de tanta tecnología que no sabemos si algún día no muy lejano tendremos que llevar nosotros incorporada una batería para recargar fuerzas para no decepcionar a nuestros aparatos. Somos una extensión más del teclado de nuestro ordenador o de Internet, que se lo digan a los compañeros que están trabajando ya en medios de comunicación. Dependemos tanto de aparatos tan frágiles que no nos paramos a pensar sobre lo desprotegidos que estamos por mucho gps que existan. Por mucha tecnología que tengamos no significa que tengamos más memoria o seamos más poderosos. Eso sí tenemos más opciones para escoger, de ahorrar tiempo y espacio. Pero ¿qué pasaría si algún día te fueses de viaje, sin mapa ni agenda, y se rompe el gps y se apaga el móvil?. ¿ Serías capaz de recordar algo tan fácil como el número de tu casa que no tecleas desde hace siglos porque tu agenda se ha convertido en tu chuleta más fiel?.


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