Desde la globalización en el mundo de hoy se han acrecentado, aún más si cabe, las desigualdades sociales, culturales y económicas. Parece evidente, y a la vez injusto, que la tecnología nada más que esté al alcance de algunos afortunados como nosotros. Un dato abrumador lo certifica: en EE.UU. y Europa los usuarios de Internet alcanzan ya los 45o millones mientras que en todo el continente africano no hay más que 4 millones. ¿Es justo? NO. Tenemos la suerte de haber nacido en el lado rico y por eso debemos cumplir con la responsabilidad de hacer un uso correcto de las tecnologías para intentar cambiar un mundo cargado de desigualdades. NO hablemos de brecha cuando se trata de una hemorragia. No intentemos ocultar una realidad sobre todo cuando mientras he escrito este post han muerto 50 niños.
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