Si la avaricia de los grandes empresarios de las franquicias rompe el saco, sus despidos rompen familias. Otra empresa más que huye de nuestro país para explotar otras tierras con mano de obra más barata. Esta vez el temido fenómeno de la deslocalización ha afectado a los ciudadanos de Cádiz, menos mal que han tenido el "detalle" de dejarlo para después de los Carnavales.
Seguro que los altos dirigentes de la multinacional norteamericana Delphi no piensan en que sus sabias decisiones empresariales, que consisten en obtener el mayor beneficio a menor coste, consiguiendo así la tan ansiada rentabilidad. Aunque ello pueda causar daños irreversibles en la vida de muchisímas personas. No hay tiempos para lloros, tanquilos porque la globalización os protege a pesar de que crea en la rentabilidad por encima de los sentimientos personales. No hay que parar, todo debe ser funcional. Esta vez son 1.600 trabajadores directos afectados y más de 2.500 indirectos por el cierre de la filial de General Motors. ¿Cuántos serán mañana?.
Hace poco pude ver el documental Roger and Me, dirigido por el siempre incómodo Michael Moore, en el que se puede observar las consecuencias más terribles de la deslocalización: embargo de casas, aumento de paros, crímenes a diario, cárceles llenas, mendigos y un largo etc... Aunque el cierre de la fábrica de General Motors en Flint (Michigan), puelo natal de Moore, fuera en el 1989, las consecuencias son las mismas. Lo que pasa que los efectos son más devastadores en Flint porque dejó a más de 30.000 personas sin trabajo a pesar de dejar un superávit millonario. Contradicciones de la globalización.
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